Doscientos años después de que fuera embarcada en el puerto de Alicante, una botella de vino Fondillón, uno de los de mayor prestigio mundial con sello alicantino, ha sido hallada en el interior de un barco hundido, el Deltebre I, que formaba parte de una flota que luchó contra el ejercito napoleónico.
El barco que la transportó encalló en junio de 1813 en la desembocadura del Ebro y allí se quedó. Sin embargo, a pesar del desgaste que genera el tiempo y el mar, la botella ha sobrevivido y su contenido presenta un buen estado de conservación.
Entre los objetos encontrados en el pecio, desde munición e instrumentos de navegación hasta mobiliario y vestuario militar, los arqueólogos subacuáticos han localizado unas botellas de vino que se hallaban en la zona noble del barco, situada en la popa.
Una de ellas apareció enterrada con su contenido intacto y, según los investigadores, formaba parte de una carga privada del capitán del navío que no consignó en los libros de registro.
Todos esos datos, incluida la referencia histórica, han sido aportados por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya al Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Alicante, algunos de cuyos bodegueros y enólogos se desplazaron hasta Tarragona para asistir a la apertura de la citada botella.
La tipología y las variables organolépticas del vino conducen a pensar que se trata de un Fondillón, de Alicante, pues la flota a la que pertenecía el barco, que ha sido bautizado como Deltebre I, atracó en el puerto de esta ciudad para avituallarse antes de partir hacia Tarragona, ciudad bajo el control de las tropas napoleónicas.
Tras fracasar el sitio que el ejército aliado -ingleses y españoles, principalmente- había emprendido por mar y tierra, la flota emprendió su regresó a Alicante, con la mala fortuna de que 18 barcos encallaron, cinco de los cuales quedaron hundidos.
Fue en 2008, según las mismas fuentes, cuando la casualidad quiso que un pescador de la zona encontrara uno de ellos: el que guardaba y en el que sobrevivía la botella de Fondillón. Nacía así el yacimiento Deltebre I, sobre el que el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) ha realizado varias campaña arqueológicas.
La presencia de Fondillón en los barcos ya era común en el siglo XV ya que para el mantenimiento de las tripulaciones se necesitaban vinos ricos en azúcares para combatir el escorbuto.
Así, con el auge de las potencias navales, el Fondillón comenzó a ser cada vez más solicitado, aunque no era el vino que más se embarcaba, ya que su alta calidad se reservaba a los hombres más importantes de la tripulación.
Tal es así que la Royal Navy Británica, en el siglo XVII, fue la principal consumidora de Fondillón y sus buques visitaban de forma asidua el puerto de Alicante.
En la actualidad algunas bodegas alicantinas continúan elaborando Fondillón, un vino que ha permanecido prácticamente inmutable con el tiempo en cuanto a sus características y su proceso de elaboración. El Fondillón es un producto único en el mundo, reconocido por la Unión Europea en su base de datos E-bachus y con una especial protección dentro de la Denominación de Origen Alicante. Con motivo del hallazgo, ayer se inauguró en el Monasterio de Sant Pere de Galligants de Girona la exposición Historia de un naufragio, que llegará al Museo Arqueológico de Alicante (Marq) en julio.
información.es / efe 17.03.2014 | 11:51
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